
Destaca cómo la ciudad estuvo marcada por una estructura social y cultural conservadora que limitaba la modernidad y la expresión artística. A pesar de los avances industriales y la creación de instituciones educativas y culturales por parte de una nueva burguesía, las influencias feudales de los ganaderos y su rechazo al arte y la cultura obstaculizaron el desarrollo artístico. En este contexto, artistas como Fernando Botero y Augusto Rendón lograron destacar, mientras otros enfrentaron censura y resistencia. La crítica señala la falta de sentido histórico y crítico en la valoración del arte en la región, resaltando la valentía de algunos artistas que desafiaron las restricciones sociales y políticas para expresar la realidad y la injusticia a través de sus obras.